¿Y si (no) tocara aquí?

Lunes, otra vez estoy delante del ordenador. ‘¿Y por qué no?’ os preguntaréis. Bueno, podía haberme tocado alguna de las loterías en las que pruebo suerte, y nunca mejor dicho. Que si los números del EuroMillones compartidos con mi cuñado, que si algún cupón de la ONCE de viernes o domingo, o muy, pero muy esporádicamente alguna apuesta de la Primitiva. Por cierto, tengo un amigo que, preguntado “¿qué tal?”, siempre me contesta: “sigue sin tocarme la Primitiva, pero, por lo demás, bien.” Lo juro, ¡siempre lo dice! Es igual de optimista que mi abuelo de 97 años, que lleva 60 años jugando a la Lotería Nacional alemana con los mismos números. Claro, a estas alturas no puede dejarlo, ¿y si los números salieran la próxima vez…?

¿Quién no opina como Travie McCoy, que canta “I wanna be a billionaire, so fricking bad.”? Sería genial no saber en qué gastarse el dinero, pero no creo que llegue a enfrentarme con este “dilema” por mérito de mi trabajo (y no tengo ambiciones criminales). ¿Desesperado? Qué va, sólo realista, ¿o acaso conocéis a algún traductor millonario? Aún así, canto con McCoy “I swear the world better prepare for when I’m a billionaire.” Eso, ¡preparaos!