Ayer se podía leer y escuchar en todos los medios una declaración del rey que consistió en tan solo once palabras. ¿Qué pasó? ¿Ha anunciado su abdicación? ¿O la solución a la crisis en España? En absoluto, ¡se disculpó! No se sabe muy bien por qué, pero tampoco parece que importe. El mero hecho que el jefe del Estado español pronunciara una disculpa, fue toda una sensación. En algunas noticias comentaron al respecto que, solo raras veces, los dirigentes y políticos reconocen su culpa, y algunas cadenas incluso enumeraron las pocas excepciones como “perdones históricos”, por ejemplo, Bill Clinton tras el “asunto Lewinsky”, el Papa Benedicto XVI y ‒sorpresa‒ el ex Ministro de Defensa alemán, Zu Guttenberg, y el ex Presidente de Alemania, Wulff. Tres alemanes como claros ejemplos de políticos apocados, ¡pero ningún español! En Alemania existe la expresión de “stolzer Spanier” (“el español orgulloso”), y la verdad es que, tras muchos años en España, tengo que constatar que parece costarle más a un español tener que disculparse, que a un alemán. Por supuesto, no quiero generalizar porque este supuesto descubrimiento se limita lógicamente a mi entorno (incluidos los medios que consulto). No obstante, parece que, en este país la gente prefiere salirse con la suya con argumentos (poco) convincentes, tanto si se trata de pequeños apuros como en el caso de embrollos considerables o incluso de enormes escándalos políticos o estatales ‒solo para no tener que ceder. Al ser atacados, reaccionan con un contraataque, por muy evidente que sea el asunto.
Los españoles ven a diario como sus políticos se salvan de escándalos que en Alemania les habría forzado no solo a disculparse sino también a dimitir. Por eso, parece que realmente le sorprende a la gente cuando alguien se baja del pedestal y reconoce haber cometido un error. Porque lo habitual es que los culpables se hagan los remolones, intenten pasar desapercibidos o incluso inicien un contraataque del tipo: “¿Pero cómo se atreve?” “¿Cómo me puede acusar de algo así?” Otro recurso muy popular es la referencia a los demás: “Pero si lo hacen todos.” o incluso “Los demás son mucho peores.” Las maniobras de distracción y los intentos de pasar el muerto a otros son bastante frecuentes en España. La mayoría de la gente es consciente de ello, y lo aguanta con frustración. Es por eso que votan a muchos políticos no por ser la solución óptima, sino por ser el “mal menor”, “das kleinere Übel”, como decimos los alemanes. “Más vale mal conocido que bueno por conocer” es una frase española típica, que contiene todo el fatalismo de este país.
A pesar de todo, el rey acaba de reconocer que se equivocó. Es solo un primer paso, pero me parece que va en la dirección correcta; y es que para abrir nuevos horizontes, es inevitable tener empezar dando un primer paso. ¿Creéis que el perdón real puede sentar un precedente? Voy a fijarme en mi entorno si la gente pide perdón por sus errores. ¿Qué experiencia tenéis vosotros en este sentido?
aunque pienso lo mismo que tú, leerlo de un extranjero hace que sea un poquito peor 😀 en cuanto a la disculpa real, ¿era una disculpa real? siento el juego de palabras, pero es a lo que nos tienen acostumbrados…
¿Lo hace peor? Simplemente, como extranjero, me aprovecho de poder contemplar este asunto desde cierta distancia, que considero toda una ventaja frente a los nativos. Y no, ¡no te acostumbres, Itziar! 😉
Y no sientas el juego de palabras… ¡me ha gustado!
En referencia a la foto, le falta una quinta opción, que creo que es la correcta: “Lo siento, no volverá a ocurrir, la próxima vez que me pire a cazar elefantes con dinero de dictadores en época de crisis NO OS ENTERARÉIS.”
jaja, solo el tiempo dirá que opción ha elegido. Espero que no tengas razón (soy optimista, a pesar de todo…).
Mucha razón tienes con tu artículo, ahora bien, las “disculpas” de Guttenberg y Wulff no sé si se pueden llamar realmente “disculpas”. Creo que, aparte de lo que escribes tú, a nuestra clase política en general cada vez le cuesta más asumir sus responsabilidades y disculparse por sus errores.
Por desgracia, es así, y lo cierto es que Guttenberg y Wullf se disculparon y dimitieron solo tras recibir mucha presión por todas partes, no por voluntad propia…
Er ist der Pr¨sident der ADENA W.W.W ne?. Nanu!. Ich m¨cohte kein Eleffante sein. (Auch nich Spanierin). Ich bleibe kein Übrig… Hilfe!!!. Vorsicht Froilán, dein GrossPa gehts auf zu jagern.;-)
Präsident des WWF ist er wahrscheinlich nicht mehr lange, Carmen: http://www.europapress.es/epsocial/ong-y-asociaciones/noticia-juan-carlos-olmo-wwf-presidencia-honorifica-rey-cuestion-imagen-no-conservacion-20120418132729.html
Es ist nicht nur so, dass Spanier “más vale mal conocido que bueno por conocer” bzw. “loco conocido que sabio por conocer” sagen, sie sagen auch, wenn jemand unerträglich ist: “alguien vendrá que bueno te hará”. Womit sie, und das ist das schlimme an der Einstellung, auch meistens leider Recht behalten.
Nebenbei: Angeblich geht der Ausduck “stolzer Spanier” auf den 30-jährigen Krieg zurück, weil die spanischen Söldner besonders schicke Hosen trugen. “Stolz” bedeutete damals so was ähnliches wie “fesch”. Auch der Ausdruck “hacerse el sueco” soll auf diesen Krieg zurückgehen. Die Deutschen sollen sich gerne, wenn sie gefangen genommen wurden, als Schweden ausgegeben haben. Die Schweden, Katholiken, waren Verbündete, die Deutsch-Protestanten der Feind. Die Spanier konnten angeblich Schweden und Deutsche nicht auseinanderhlaten und ließen die Schweden dann oft laufen. Si non è vero…
So oder so: Möge der Adel und insbesondere seine unverdienten Privilegien (sprich: alle Privilegien!) endlich abgeschafft werden! ¡Meritocracia ya!
Danke für die interessante Sprachgeschichte zum Thema, Pardel … man lernt doch nie aus! Und Ihrem abschließenden Wunsch kann ich mich nur anschließen!