- He recorrido unos 3.000 km en avión y otros 3.000 km en coche. Suena estresante, pero así he podido ver a casi todos mis amigos y familiares en apenas tres semanas (además de explorar Tarifa y Gibraltar, bañarme en la Bahía de Mazarrón, ver una carrera de patos de goma en Lehrbach, echar un vistazo a la Puerta de Brandeburgo y al Reichstag, caminar hasta el Lago de Beuerbach, entre otras cosas.).
- He sufrido vientos de poniente, granizo, lluvia y temperaturas de 10 a 40 ºC y a veces he tenido la sensación de no disfrutar de las vacaciones de verano sino de unas vacaciones “cuatro estaciones”.
- He vuelto a bloquear a un camarero español al pedir en Tarifa una cerveza de 0,2 l diciendo “un quinto”. La respuesta: “¿… de verano?”.
- En Cádiz he aprendido por qué las tortitas de camarón se llaman como se llaman (a diferencia de las tortitas del supermercado realmente se ven y se saborean los camarones).
- Por enésima vez he maldicho a Michael O’Leary (y, aún así, probablemente volveré a hacer cola en Ryanair las próximas vacaciones y a odiar los avisos continuos durante el vuelo – ¡quiero dormir y no comprar los malditos “rasca y gana”!).
- He ignorado mi BlackBerry que no paraba de sonar y de parpadear y he dejado que respuesta automática de e-mail trabaje por mí (las vacaciones son sagradas, también para los autónomos).
- En Alemania he vuelto a tener que acostumbrarme a brindar con cerveza y vino (y, por si acaso, lo he ensayado varias veces con los amigos y la familia).
- He aprovechado una excursión a Berlín para visitar a un cliente, aunque me he dado cuenta de que también se puede vivir muy bien sin trabajar.
- He comida, bebido, hecho deporte y leído más que nunca (como he comentado antes, no cuesta pasar el día sin trabajar).
- He conseguido volver sin sobrepeso… por lo menos con la maleta.
- Me he sacado mi primera foto de carné biométrica y he solicitado un carné de identidad alemán (¡ahora en formato tarjeta!) para no tener que llevar siempre el pasaporte encima (en el caso de los alemanes residentes en el extranjero se emite con el comentario “sin residencia en Alemania”).
- He sufrido un caso de cabezonería aguda en el aeropuerto de “Frankfurt”/Hahn, cuando me quitaron un bote reglamentario de 75 ml de gel de ducha por ir en una bolsa blanca en vez de transparente (a la que no habían tenido objeciones en el aeropuerto de Valencia…).
Al regresar a Valencia, me han esperado un vecino con un concierto de sierra radial a la hora de comer, una supuesta comercial de Vodafone con una “oferta inmejorable” en la puerta e Iberdrola con un aviso de un corte de luz durante 4 horas el próximo jueves por la mañana… Para que luego digan que no es para tener una depresión postvacacional…
me he estresado solo de leer :o) se te ha olvidado decir que comiste “calamares bravos” en la plaza de la Catedral de Murcia, aunque, por otra parte, entiendo que prefieras no recordarlo. a mí solo me quedan 20 días más para las vacaciones. y qué ganas tengo de daros entonces la envidia que me habéis estado dando todos hasta ahora…
besos
Cierto, los “calamares bravos” fueron uno de los momentos
estelaresdigo inolvidables de mis vacaciones 😉Ánimo con los últimos 20 días, Itziar. Ya no te queda nada para ponernos los dientes largos. Por cierto, enhorabuena por el éxito de la obra de teatro. Lástima que nos la perdiéramos…
MAREEEEEE!!!! Cómo te echaba de menos!!! me alegro que hayais hecho tantas cosas…sobre todo porque nos las teneis que contar todas! a ver si no tardamos mucho en vernos, nosotros poco os contaremos, os lo podeis imaginar… pero la casa que nos ha quedado..”PA FLIPAR” Saluda a Marta, besos a los dos.
jejeje, gracias, Moe. A ver si nos hacéis pronto un hueco en vuestra casa palaciega y agenda apretada… ¡tenemos ganas de veros!
La leche!!!!!!! Pues sí que has hecho cosas!! Le pones música y ya tienes la canción del verano, (o del otoño)
jeje, sí, la verdad es que me cundió el verano, Nacho, pero la canción del verano mejor la dejo en manos de profesionales como Georgie Dann 😛
Ha sido un gustazo teneros por aqui este verano…
El gusto ha sido mutuo 🙂