Dios los cría, y ellos se juntan

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¿… o tal vez no? Contando mi época de estudiante llevo unos 20 años viviendo en España, en los que he tenido diferentes enfoques y fases a la hora de tratar con mis compatriotas alemanes. Corregidme si me equivoco, pero creo que, generalizando un poco, los alemanes, hasta cierta edad, tendemos a evitarnos cuando vivimos en el extranjero, y los españoles tienden a buscarse. Esa, por lo menos, es mi sensación, aunque hay quien afirma lo contrario. ¿Existe esa diferencia cultural que creo ver? ¿Depende de la edad? En mi caso, parece que sí…

En mi época de estudiante erasmus, si bien compartía piso con dos chicas alemanas, en general, me relacionaba más con españoles, sobre todo, gracias a un intercambio con estudiantes de alemán, entre los que hice amigos que me duran hasta hoy. Al poco tiempo de venir de erasmus a Valencia, conocí a mi futura mujer y, a través de ella, a sus amigos y su familia. Como quería mejorar mi español, me venía de perlas esta “inmersión lingüística total”. Aparte, no le veía mucho sentido venir a España para luego rodearme de alemanes. Digamos que no los rechazaba, pero tampoco los buscaba.

Cuando me mudé a España en el año 2000, mi entorno era exclusivamente español, tanto por las circunstancias como por iniciativa mía. Simplemente lo preferiría así: conservaba mis amigos de la época de erasmus, y, gracias a ellos, iba conociendo a más españoles. Luego empecé a trabajar en una empresa exportadora de fruta y verdura, sobre todo para el mercado de habla alemana, y tenía a compañeros alemanes y alemoles. Tenía un trato cordial o incluso amistoso con ellos en el trabajo, pero en mi tiempo de ocio seguía quedando sobre todo con amigos españoles. Sabía de la existencia de grandes comunidades de extranjeros en otros lugares (noruegos en Alfaz del Pi, ingleses en Benidorm, alemanes en Torox, por citar solo algunos pocos ejemplos, aparte de las Baleares y las Canarias con altos porcentajes de residentes alemanes), y no me atraía mucho la idea de vivir en una especie de “burbuja alemana” en Valencia. Para nada estoy en contra de intentar relacionarse con connacionales al vivir en el extranjero, porque es de suponer que tienen intereses afines. Además, cuando se emigra con pocos –o incluso con cero– conocimientos del país de acogida, de su cultura e idioma, se suele hacer piña con gente que está en la misma situación. De ahí, a veces, surgen las agrupaciones más variopintas (de alemanes en España, de españoles en Alemania), periódicos, etc. para preservar su identidad cultural o el contacto con la patria o por cuestiones laborales. Juntarse (solo) con compatriotas también es una opción para gente que, por edad u otras razones, no quiere o puede sumergirse en la cultura del país de acogida, pero me parece un estilo de vida muy artificial y limitada a una burbuja que pretende simular su patria. Ya sé que hay más opciones entre “huir” de los compatriotas y rodearse de ellos, pero personalmente, en mis orígenes de alemol, prefería estar con españoles para empaparme de la cultura española (sin renunciar a la mía, claro).

En el 2003 me di de alta como traductor e intérprete autónomo, y mi relación con los alemanes en Valencia cambió un poco desde entonces: De los contactos profesionales –clientes y compañeros– surgieron amistades, y agradecía y agradezco tener una buena relación con compatriotas para seguir en contacto con mi cultura de origen y con mi lengua materna, algo imprescindible para poder ejercer mi profesión.

Cuando nacieron mis hijos en el 2012, mi disposición a hacer amigos alemanes aumentó todavía más: para intercambiar experiencias en la educación (lingüística), pero también para transmitir a mis hijos esa cultura que, de otra forma, solo conocerían a través de mí. Poco a poco empecé a buscar estos encuentros activamente, por ejemplo, organizando cuentacuentos para niños alemanes. Aunque mi intención claramente es mantener y reforzar mi contacto (y el de mis hijos) con la lengua y la culturas alemanas, puede que con los años simplemente me haya vuelto más abierto hacia mis compatriotas.

Al hilo de este creciente reencuentro con “los míos”, me interesa una nueva iniciativa llamada DACHES, una especie de red de profesionales relacionados con los países de habla alemana. Definitivamente veo muchas ventajas en juntarme con gente que tiene trayectorias y experiencias similares a las mías, pero también tengo claro que cualquier nueva amistad siempre será adicional a y no sustitutiva de las que ya tengo con mi entorno español. Al fin y al cabo, vivo en España y soy un alemol.

Y tú, ¿cómo te relacionas con tus compatriotas en tu país de acogida?

6 Comentarios

  1. Hola, yo creo que, como bien señalas, esto depende mucho de la edad y de la situación personal y los intereses de cada uno. Intentar generalizar en un tema como este o buscar un patrón de comportamiento, no es sencillo ni tampoco realista. En mi época Erasmus ví de todo y ahora, ya más mayor y trabajando, exactamente lo mismo. Yo siempre he intentado una mezcla saludable de ambos extremos: ni la burbuja española, ni huir de los españoles porque sí. Un poquito de ambas partes es totalmente necesario: para mejorar el idioma, para aprender costumbres, para desconectar, para no perder el norte, para comprender lo que pasa a tu alrededor… Un saludo!

  2. Comparto bastante tu impresión, André.

    Aunque hay que matizar un poco. Cuando yo llegué, 20 años antes que tú, evitábamos los turistas alemanes de la costa del mediterráneo.
    Los bastante pcos alemanes que residíamos en Madrid entonces, nos apoyabamos, repartiendo entre nosotros clases de idiomas, traducciones y otros trabajitos. Nos conocíamos todos. De aquella época me queda todavía algún que otro amigo/a.
    Los alemanes que venían en aquella época a los rincones perdidos de Cantabria, Asturias o Galicia, era otro tipo de gente con el que gustaba entablar conversaciones.
    Sin embargo, ahora, que llegan más en masa, nuestros paisanos sí me comentan que prefieren evitar el contacto.
    Y otra experiencia mía: si viajo por el mundo y escucho español, enseguida hablo con ellos y nos ayudamos mutuamente en caso de tener problemas.
    La verdad, es un tema bastane curioso … 🙂

    • Hola, Heinz: Te contesto en castellano porque lo has elegido tú. 😉 Sí, los turistas son otro tema, pero por eso hablaba de alemanes residentes. Las colaboraciones entre compañeros que mencionas ya entran en mi fase profesional como autónomo, en las que actuaba (y actúo) igual que tú. Fue solo en mi época estudiantil y del primer empleo, es decir, antes de hacerme autónomo, cuando intentaba no juntarme con demasiados compatriotas. Lo cierto es que es un tema curioso, sí… Viele Grüße nach Madrid!

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