Nuestros mellizos tienen ahora medio año, y por supuesto que ya estoy aplicando la receta para una educación bilingüe que decribí en su día. Al 99 %. Bueno, digamos que al 90 %, porque desgraciadamente no soy tan consecuente como sería deseable. ¿Que cuál es el problema? Muy fácil, me desconcierta la presencia de españoles. No es que los españoles en general me pusieran nervioso, porque en doce años que llevo en España me he ido acostumbrando a ellos… No, bromas aparte. La verdad es que me corto un poco al hablar con mis hijos en alemán cuando hay españoles delante. Por una parte puede que me parezca descortés hablar en un idioma que no entiendan los presentes (maldita educación, ¿no?). Por el otro lado, me pasa a menudo que, al intentar enseñarles algo en alemán a mis hijos, me preguntan amigos o familiares por lo que acabo de decirles. También es una tontería preguntarme, ya que, tratándose de dos enanos de seis meses, está claro que no les explico la teoría de la relatividad o el significado de la vida. Pero como las preguntas y las miradas interrogantes parecen pedir una interpretación consecutiva/explicaciones, evito estas situaciones y excepcionalmente hablo en castellano con los retoños en momentos así. No pienso, sin embargo, que eso perjudique la educación bilingüe de mis hijos, que –como he comentado antes– solo escuchan un 10 % de castellano de mi boca. Es un porcentaje tolerable, ¿no?
Por cierto, la imagen de este artículo muestra el primer diccionario de los dos. El que alemol ha de ser, menester ha de aprender… 😉
Aún no me he visto en la situación de tener que hablar a mis hijos en español cuando tengo ingleses delante (aún no tengo hijos), pero no entiendo qué problema hay con hablarles en alemán (en tu caso) y luego, tranquilamente, contarles a tus amigos/conocidos españoles lo que les has dicho. No creo que haya nada de mala educación al dirigirte a tus hijos en el idioma que te plazca. Al fin y al cabo, estás hablando con tus hijos, y no con el español que te pregunta qué les has dicho. Tal vez, si lo dices en castellano, ese español ni se inmute, ni preste atención ni tampoco le interese lo que le cuentas a tus hijos (sobre todo si, mientras tanto, está hablando con otra persona). De la misma forma, ¿por qué habría de importarle si lo haces en alemán? ¿Desconfianza?
A ver, que yo sería la primera en preguntarte qué le has dicho, pero más por mi ansia de aprender alemán (bueno, en mi caso, de retomarlo), de aprender cuatro palabritas, pero no porque necesite en ese preciso instante saber qué le has contado a tus retoños o, siquiera, porque no me fíe de que, tal vez, les estás hablando mal de mí. Si tuviese que pensar eso todo el rato, en una ciudad como Londres, mein Gott! No acabaría nunca 😉
Así pues, mi consejo es que pases de los que te rodean y te centres en tus niños. Ahora tal vez no se den cuenta, pero cuando sean mayores y, seguramente, tengas que hablarles más largo y tendido, podría confundirles que su padre les hable en alemán en privado y en español en público (a no ser que las circunstancias, evidentemente, así lo obliguen). Por lo menos, hasta que cojan conciencia del bilingüismo. De hecho, por la experiencia de algunos conocidos, basta con que tus hijos sepan que hablas castellano para que, en esa época del “No” en la que quieren contrariar todo lo que les dicen sus padres, decidan que para qué se van a esforzar en hablarte en alemán si tú entiendes castellano perfectamente. Y luego te será muy difícil convencerles.
Un saludo, y enhorabuena por los churumbeles. 🙂
Muchas gracias por tu comentario, Curri, que confirma un poco lo que opino yo. Está claro que puedo y debo hablarles a mis hijos en alemán cuando me plazca, pero me molesta que me pidan “explicaciones” cuando les suelto cualquier chorrada en alemán. Ya sabes, a los bebés les decimos muchas ñoñerías (“¿dónde está mi pequeñín?” o similares), y no tiene sentido tener que traducirlos. A veces, simplemente te apetece conversar y dejar de lado la interpretación. Te doy un ejemplo de lo que me pasó una vez con mis suegros y mis padres. En una comida le dije a mi suegra en castellano que lo había cocinado estaba muy rico, y me preguntó mi madre en alemán que qué le había dicho a mi suegra. Se lo traduje, y, acto seguido, al escucharme hablar en alemán, me preguntó mi suegra por lo que le había dicho a mi madre. Y esa conversación absurda de “le he dicho que te he dicho que…” se repitió hasta que dije basta. No es del todo aplicable al caso de mis hijos, pero lo qu quiero decir es que a veces simplemente quieres conversar, en el idioma que sea, sin tener que dar explicaciones. Pero claro, llama la atención cuando les hablo en alemán y me las piden. Grrrr 😉
Un abrazo, ANdré
En mi caso lo tengo un poco más fácil, creo, porque en casa la lengua vehicular siempre ha sido el español (tanto su papá como yo somos españoles), así que el inglés es el idioma que Inés usa “fuera”, en el cole y con sus amiguitos. En su día nos lo planteamos y decidimos, así como norma muy general, hablarle en inglés cuando hubiera otras personas inglesas delante como simple norma de cortesía (en el cole, en el súper, con vecinos y tal). A veces es difícil marcar el límite, como cuando estamos las dos en el parque; me sale hablarle en español, pero siento que marco distancias con otras mamás que no conozco a la hora de trabar conversación con ellas. Inés lo vive de manera natural, aunque cuando estamos ella, algún amigo y yo habla siempre en español y se la suda bastante que el otro niño no entienda. Es como que algo dentro de ella no hace “clic” en esas situaciones, no sabe a qué idioma dar preferencia, aunque yo le explique que mejor en inglés porque el niño no entiende…
Por los casos que he conocido, cuenta mucho el idioma que hablen los papás entre ellos. Si estáis los cuatro en casa hablando español, tendrás que hacer un “esfuerzo” constante y consciente en todo momento para hablarles a tus hijos en alemán. Desde luego, si tu mujer entiende el alemán ya tenéis muchísimo ganado, y en tu caso seguro que no habrá problema porque te lo estás tomando muy en firme. Pero conozco algún caso aquí en Londres en que en casa se habla inglés, el marido no entiende mucho español y la madre poco a poco fue dejando el español de lado con su hijo por una pura cuestión práctica entre los tres. Me contaba que, de bebé, en los ratos que estaba con él, era muy fácil mantener el español, pero a la hora de interactuar entre los tres cuando él se hizo mayor la cosa se puso difícil y cambiaban enseguida a inglés. Ahora el niño (4 años) no habla español y entiende poquito. Es difícil…
En resumen, que mucho ánimo, que tiene su enjundia, y que te entiendo perfectamente con esos pequeños reparos que tienes a la hora de hablar en alemán con tus hijos delante de españoles. ¡Un abrazo!
Muchas gracias por contar tu propio caso, Rosa. Veo que estás en una situación parecida, y no siempre hablas el castellano o inglés con naturalidad, sino que, según qué situación decides usar uno u otro. Es lo que me pasa a mí. En casa solemos hablar en castellano, aunque lo cierto es que hablo en alemán con los chiquillos casi desde el primer día, y mi mujer lo entiende y lo apoya al 100%. ¡Un abrazo!
De todas formas, lo realmente divertido es (creo yo) lo que hablarán Max y Lena entre sí cuando sean mayores. 😀 ¿No te parece?
Hola René,
nuestro segundo hijo también nació en julio 🙂
Al mayor siempre le he hablado en catalán, y nunca he sentido vergüenza por ello porque no me sale de otra manera. Hablarle en alemán sería un sinsentido, a parte de que justo ahora empiezo a conocer algunas canciones infantiles en alemán y juegos de piernas (Hopper Reiter y todo eso…). Ahora ya tiene cuatro años y la cosa se está complicando, porque algunas palabras no me las entiende y se las tengo que decir en alemán (por ejemplo, fumar, el otro día viendo un anuncio por la calle. Solo me entendió cuando le dije “rauchen”.)
Mi otro problema es tener que explicar a alguna gente, por qué hablo catalán con mi hijo (ahora mis hijos), y no en español si soy de España y bla, bla… Pero este es otro tema.
¡Un abrazo!
Enhorabuena por el medio año recién cumplido, Montserrat. En tu caso, entiendo que es al revés: tus hijos han nacido y viven en Alemania, por lo que es lógico que le hables en tu lengua materna, sea cual sea. Los que somos el único vínculo con la lengua “secundaria”, tenemos que esforzarnos el doble para que los hijos lo perciban como algo natural usar este idioma con nosotros. Pero vamos por buen camino, ¿no? ¡Un abrazo!
In Anwesenheit der Kinder empfehle ich 100% dumm stellen, was andere Sprachen angeht. Das hat bei meiner Tochter (bald 3 Jahre alt) wirklich sehr geholfen. Nur, wenn man als Vater glaubhaft machen kann, dass man die andere(n) Sprachen nicht versteht, machen sich die Kleinen die Mühe, auch die Vatersprache zu sprechen.
Ansonsten ist es doch viel einfacher für sie, Deutsch nur zu verstehen, aber selbst nie zu sprechen. Warum auch, Papa kann doch auch Spanisch … 😛
Da hast du Recht, Kai! Wenn man den Kleinen erst mal zeigt, dass man ja beide Sprachen versteht, werden sie natürlich diejenige verwenden, die ihnen leichter fällt – in diesem Fall: Spanisch. Eine Freundin hatte das Problem, dass ihr Sohn irgendwann keine Lust mehr hatte, sich zum Deutschsprechen mit ihr zwingen zu lassen und sagte sogar: “no me hables tan raro”. Das will ich natürlich um jeden Preis verhindern! Daher werde ich mich wohl wie du “dumm stellen” … 😉
Hallo, André, da muss ich mich doch auch mal melden :-). Gewöhne dir bloß nicht an, mit den Kindern Spanisch zu sprechen. Aus eigener Erfahrung kann ich dir sagen, dass später, wenn die Kinder erst einmal älter sind, die Versuchung noch viel größer wird, auf Spanisch kurzen Prozess zu machen, anstatt sich auf Deutsch den Mund fusslig zu reden :-). Vor allem, wenn spanische Freunde der Kinder dabei sind.
Dass du Spanisch verstehst, wirst du ihnen nicht lange verheimlichen können, wenn die Familiensprache Spanisch ist, aber man muss einfach umschalten, wenn man direkt mit ihnen spricht, und zwar immer. Das ist keine leichte Aufgabe, weder für dich noch für die Kinder, denn sie wollen ihre Erlebnisse aus dem KiGa/der Schule, die sie ja im Normalfall auf Spanisch machen, nicht gern noch durch einen deutschen Filter schicken, wenn sie sie zu Hause erzählen. Und Zwang oder Sich-dumm-stellen führt dann entweder zu der Reaktion, die deine Freundin erleben musste, oder dazu, dass sie nur noch das Notwendigste erzählen. Deutsche Kinderlieder, später dann deutsche Bücher, deutsches Fernsehen und häufige Reisen nach Deutschland sind da bessere Wege.
Lustig wird es dann später, wenn sie zwei oder drei Sprachen in einem einzigen Satz vermischen. Und welche Sprache verwenden sie untereinander …? Es wird noch spannend 🙂
LG
Hallo, Susanne, vielen Dank für deine sehr lehrreichen Infos aus erster Hand. Ich werde deinen Kommentar auf jeden Fall beherzigen und versuchen, noch konsequenter zu sein. Deutsche Kinderlieder, Bücher, Audios und deutsches Fernsehen haben wir schon jetzt. Und dann sind da natürlich auch die vielen Skype-Telefonate mit Freunden, Familie und vor allem Oma und Opa, die mir helfen werden, den Kleinen zu zeigen, dass Deutsch eben nicht nur für die Kommunikation mit mir wichtig ist. Und ja, es wird sicher spannend … Ich freue mich auf die Herausforderung, die du offenbar bestens gemeistert hast. Hut ab! Viele Grüße!
Na ja, leider bin ich in dieser Hinsicht nicht gerade ein Meister der Konsequenz, aber ich bemühe mich. Viel Spaß beim Singen :-).
LG
Danke, Susanne 😉
Por favor, tradúceme lo que te han comentado en alemán, que no lo entiendo 😛
Ahora en serio, yo me veo en la misma tesitura que tú, con el añadido de que le hablo a Irene Libertad en un idioma que no es al 100% mi lengua materna. Me explico:
Cuando se estaba gestando, debatía en mi fuero interno si debería hablarle en inglés, por aquello de que fuera ganando terreno en un idioma que tendría que aprender sí o sí. Pero llegué a la conclusión de que no es bueno tener que hacer el esfuerzo de comunicarte con tu hija en una lengua aprendida (y que además hablo con un acento horrible). Como Merche es castellanoparlante y yo hablo valenciano/catalán, decidí hablarle en ese idioma para que tuviera los dos. Pero es un jaleo, porque tampoco este es mi idioma materno al 100%, porque mi madre, influida por la falsa creencia tan extendida hasta hace relativamente poco de que el bilingüismo retrasa el aprendizaje, renunció a su lengua materna y me educó en castellano. A ello se añade que con Merche hablo en castellano incluso si está Irene delante, y cuando me dirijo a Irene, a veces se me olvida cambiar. Y para acabarlo de rematar, como ahora vivimos en Girona, intento catalanizar mi valenciano para que, cuando al año que viene vaya a la escuela, no le suenen tan raros ni el acento gerundense, que se las trae, ni el léxico.
¿Y cómo vive Irene este follón? Pues encantada de la vida, porque habla (en castellano) por los codos con su lengua de trapo, pero a mí me entiende perfectamente e incluso a veces mezcla ambos idiomas, con resultados bastante graciosos.
Se me olvidaba decirte que hace unas semanas hemos empezado a enseñarla a leer y elegimos hacerlo en catalán, porque, sea aquí o en Valencia, ya pensábamos escolarizarla en ese idioma…
En fin, todo este rollo para decirte que no te preocupes por tener que cambiar a veces al castellano con ellos, los niños son esponjas a esas edades porque es cuando más evoluciona el cerebro y todo el alimento que puedas echarle, lo digiere a toda velocidad y sin problemas. Hablarán un alemán y un castellano perfectos, seguro.
Ay, Babel, Babel… 😉
Gracias por comentar tu experiencia, Jota, que sí suena un poco a follón, jaja. Veo que no soy el único que piensa que la educación bilingüe no es tan fácil de llevar a cabo. Aunque también es verdad que igual me preocupo demasiado y que debería tratar el tema con más naturalidad. Es cierto que los niños son como esponjas, pero a los padres nos gusta creer que podemos influir en lo que absorben. Ya me contarás como evoluciona Irene con sus idiomas… ¡fins aviat!
Hola André,
Una persona, un idioma.
Por experiencia propia y la de otros padres del liceo francés donde van mis hijos, te puedo asegurar que es importante que les hables siempre en alemán (100%). Si algunas veces te escuchan hablarles en castellano, es posible que ellos busquen el camino más fácil y empiecen algún día a comunicar contigo en castellano. En vuestro caso, es el idioma dominante. Conozco a varias madres cuyos hijos tienen ‘vergüenza’ (es lo que dicen) hablar francés con ellas pero es que ni siquiera ellas les habla en un sólo idioma.
Y si la gente te pregunta por lo que les dices, puedes contestar con “una palabra cariñosa” o “nada importante” para que empiecen a comprender a no molestar 😉 (Este truco ha funcionado con mis suegros).
Mucho ánimo con tu educación bilingüe. Ya verás cómo vas a disfrutar cuando empiecen a pronunciar sus primeras palabras en alemán. ¡Vale la pena el esfuerzo!
¡Un abrazo, André!
Hola, Valérie: Muchas gracias por tu comentario. Sé que en tu casa lo tenéis más difícil todavía y que lo habéis solucionado y superado con maestría. Desde luego, para mí, eres todo un ejemplo a seguir, y me tomaré en serio tus consejos. Ya te contaré qué tal 🙂 ¡Un abrazo!
Por experiencia propia puedo decirte que es muy importante mantener la disciplina y no mezclar los idiomas. Me cuenta mi familia que cuando yo era muy chico mi mamá me hablaba siempre en alemán (y mi padre en catalán), pero que en una ocasión, con invitados en casa que no hablaban alemán, le pareció más cortés hablarme por una vez en español. Con lo que no contaba es que yo me pusiese a llorar como una madalena mientras decía entre hipidos que mi mamá ya no me quería porque no me hablaba como dios manda, es decir, en alemán. Porque ese era nuestro lazo afectivo, al menos para mí a esa edad. Mi Alleinstellungsmerkmal, para entendernos 😉 De todo esto yo no me acuerdo, naturalmente, era muy chico. Pero mi madre aprendió la lección y no volvió a hablarme en otro didoma que no fuera el alemán. Hoy estoy muy agradecido por eso. Así que lo siento, pero si quieres alemolcitos de verdad, vas a tener que ser más estricto con tus hijos y contigo mismo. Y lo que piensen los demás, ¡qué más da! ¡Mucha suerte!
Muchas gracias por la anécdota y el consejo, Pardel. Voy a tomármelo muy en serio. Y sí, voy a pasar de los demás 😉 ¡Moltes gràcies!
Hola. Pues en casa (vivimos en Alemania) yo hablo con mi hija en castellano y mi marido en alemán, entre nosotros igual, él me habla en alemán y yo le respondo en castellano. Los primeros tres años de mi hija los pasó la mayoría del tiempo conmigo; cuando entró al Jardín de Niños, lo hizo en uno en el que la mayoría era turca, así que ni entendió ni le entendieron. Nos dijeron que tenía problemas para socializar y que debíamos llevarla con un psicólogo. Cuando por fin nos dieron la cita con éste ya nos habíamos mudado y ella estaba perfectamente integrada en la guarde nueva.
Ahora tiene 5 años y su alemán ha mejorado notablemente y su castellano sigue siendo todavía su fuerte. El problema es que se le juntaron las dos lenguas y además un problema de dislalia… que estamos superando con una hora de terapia semanalmente.
Ha sido un poquitín difícil pero al final creemos que crecer con dos idiomas algún día le traerá su recompensa.
No conocía tu blog y me considero una suertuda por haberlo encontrado.
Saludos
Muchas gracias a ti, Flore. La suerte es mía por tener lectores con tanto interés en mis artículos y en compartir sus propias experiencias, que, sin duda, son muy valiosas. Gracias de nuevo y un saludo