Una especie de planta de berenjena, Solanum melongena, se conoce en alemán también con el nombre de “Eierbaum”, es decir “árbol de los huevos”, ya que sus frutos, al principio, se parecen a huevos. Pero no nos equivoquemos, los huevos que consumimos no crecen en árboles, sino se las debemos, por ejemplo, a las gallinas. Los huevos de gallina son un ingrediente habitual y básico en nuestra alimentación. Pero, por mucho que se parecen como “un huevo al otro”, hay importantes diferencias. Éstas, desde hace unos años, vienen expresadas mediante un código rojo impreso en cada huevo. Pongamos que lleve el código 1ES46000000. Ahora hay que saber descifrarlo:
El primer dígito es el código del sistema de cría:
0 = Ecológicos (gallinas camperas para producción ecológica)
1 = Camperos (10 m2 de corral por gallina)
2 = En suelo (¡hasta 7 gallinas en 1 m2!)
3 = En jaula (550 cm² de superficie por gallina, ¡es decir menos que una hoja DIN A4!)
Las dos letras, en este caso: ES (España), son el código del estado miembro de la UE del que proceden los huevos. Los siguientes dos dígitos reflejan el código de la provincia (Valencia: 46), los tres dígitos siguientes el código del municipio, y los siguientes dígitos identifican la granja.
Si os da igual de qué zona o país procede vuestro huevo, pensad por lo menos en las condiciones en las que viven las gallinas. Huevos con códigos que empiecen por 3 o 2 equivalen a un hacinamiento de gallinas en espacios muy reducidas y en condiciones lamentables. Por eso, es recomendable comprar huevos marcados con 1 o 0, que, aunque puedan salir algo más caros, muestran que el sufrimiento de los animales no nos importa “un huevo”…