El otro día hice una broma sobre la fama de los alemanes de llevar calcetines en las sandalias. Y sí, “haberlos, haylos”. No quiero defender esta supuesta moda veraniega de los germanos, pero hace unos años encontraron en Londres una estatua antigua (data del siglo II a. C.) que muestra un legionario romano con sus típicas sandalias. Lo curioso es que no lleva los dedos de los pies modelados, y las tiras de las sandalias aparecen por encima de los pies, en vez de entre los dedos. Conclusión de los historiadores: ¡la estatua lleva calcetines debajo de las sandalias! Quién habría sospechado que fueran los antepasados de los italianos – locos por el calzado ultramoderno – los que iniciaron una tendencia milenaria, que sólo guiris alemanes han sabido mantener viva con éxito…
ils sont fous ces romains!
Ganz genau: Die spinnen, die Römer!
Hombre, igual los caminos de entonces, los medios de transporte y tal… diferían un poco de los actuales, ¿no?.
Pero la pregunta es, ¿por qué?, seguro que hay una guiri-razón práctica, ¡investiga Alemol!.
Lo haré, Ximo. Pronto en este blog: “Dude, that socks! 2”. Continuará…
Seguro que el soldado era hijo de alemanes que emigraron 😉
No voy a preguntar de dónde has sacado la foto del hombre con las sandalias por sí acaso ;D
Schönes Wochenende André!!!
Elisabet*
jajaja, en mi defensa puedo decir que no tengo sandalias ni calcetines patrióticos 😉
Un abrazo y ¡buen finde también para ti!
André