Sí, sé que he tardado un poco, porque la nueva obra de Paco Roca ya está a la venta desde el pasado 26 de noviembre. Lo cierto es que compré el cómic ese mismo día, pero no lo terminé hasta ayer. Y es que, para un alemol como yo, cuenta una historia que merecía investigarse: trata de la antigua editorial Bruguera, la mayor editora de cómics de España de los años 60 y 70, que en estos días celebraría su 100 aniversario, y de los historietistas que escribieron (y dibujaron) historia en el seno de esa casa. Paco Roca ha rendido homenaje a sus héroes de la infancia, publicados en la clásica revista de tebeos Pulgarcito. El Capitán Trueno, Zipi y Zape y Mortadelo y Filemón son algunas de las creaciones de autores como Peñarroya, Escobar, Vázquez (ver El Gran Vázquez) o Ibáñez, protagonistas de El invierno del dibujante. Con saltos en el tiempo entre los años 1957 y 1959, Roca reconstruye los sucesos de una época cuando cinco autores dejaron Bruguera para crear su propia revista llama Tío Vivo. Llegamos a conocer los motivos de su decisión y también los motivos por el que fracasó su proyecto. Los dibujos de Roca son más sublimes que nunca, cada uno una pequeña obra de arte en sí, que derrocha detalles. Vamos, cada dibujo mercería quedar enmarcado. La edición cuenta además con la particularidad que las diferentes épocas del año se ilustran no sólo mediante los colores de las viñetas, sino con que cada bloque estacional del relato aparece impreso en papel de diferente tonalidad: el papel del invierno es gris azulado, el de la primavera rosa pálido, el del verano color crema y el otoño marrón claro. Sin duda, esta obra se convertirá en un clásico del cómic, igual que sus propios protagonistas.
Por cierto, hoy, a partir de las 19:00 horas, se inaugura una exposición sobre Paco Roca bajo el título de „El invierno del dibujante“ en la Fnac de Barcelona: