Advent-ure

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“Adviento, adviento, luce una vela; primero una, luego dos, luego tres y cuatro al final, y ya aparece al niño Jesús en el umbral.” Así dice un poema alemán tradicional, cuya versión más informal acaba en “… y cuando la quinta vela ves brillar, la Navidad acaba de pasar.” En fin, en alemán tiene más gracia, sobre todo porque la conocida corona de adviento, de la que habla la rima, sólo tiene cuatro velas. Ya sabéis que “advento” denomina las semanas de preparación a la llegada (lat.: “adventus”) de Cristo. ¿Pero para qué se sirve la corona de adviento con sus cuatro velas, que además se ve mucho más en Alemania que en una España con más tradición religiosa? Es muy sencillo: se trata de una costumbre de origen protestante, que surgió en Alemania a mediados del siglo XIX. El teólogo Johann Wichern construyó una corona de madera con 23 velas para cada día del 1 al 24 de diciembre –con 4 velas más grandes para los domingos–, es decir, una especie de cuenta atrás con luces, para endulzar la espera a los niños. Hoy en día, la corona de adviento es tradición no sólo en las regiones protestantes y suele estar hecha de ramas de abeto con cuatro velas, una para cada uno de los cuatro domingos de adviento. Así, el tiempo hasta la Navidad y hasta recibir los regalos se les pasa volando “como el (ad)viento” a los niños alemanes.

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