Si pensáis que algo tan simple como ir en autobús es igual en todas partes, os equivocáis. Hace tiempo que he observado que también aquí hay pequeñas diferencias culturales: al ver un asiento doble vacío, siempre me siento en el de la ventana – tal como haría también en Alemania. La gente en Valencia, sin embargo, suele elegir el asiento del pasillo, y si viene alguien más, tiene que abrirse paso para llegar hasta el asiento de la ventana. Tan acostumbrados están ya que cualquier otro procedimiento casi parece sospechoso: cuando me pongo en la ventana, suelo quedarme con el asiento de al lado vacío. No obstante, si me muevo al asiento del pasillo, rápidamente aparece alguien que quiere pasar hasta la ventana. ¿También lo habéis observado? ¡Haced la prueba!
iba a ser por eso que me miraban mal en Alemania…
¡ah! esa es otra diferencia en los autobuses, en Alemania la gente te mira insistentemente, no como aquí, que tu madre te daba un sopapo si se te ocurría quedarte mirando a alguien. es curioso, ¿verdad?, que en cosas tan insignificantes pueda haber tanta diferencia.
Anda, no me había dado cuenta, Itziar, interesante observación. Aunque es cierto que los guiris siempre llamamos la atención (para bien y para mal). En España también me mira mucho la gente como intentando averiguar de dónde he salido y qué hago yo aquí 😉
y seguimos sin tener respuesta para ambas preguntas… :oP