Etwas mehr als nur Dolmetschen

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¿Vosotros iríais de crucero a pesar de haber sufrido una apoplejía y un infarto cardíaco y de contar con dos bypass y una diabetes y de ir en silla de ruedas? Lo pregunto porque durante los últimos días he atendido a un matrimonio alemán septuagenario que sí se había atrevido a hacerlo (y no voy a juzgar si se trata una cuestión de valentía o de imprudencia). Justo cuando su crucero hizo parada en Valencia, el hombre sufrió un ataque al corazón y fue llevado al hospital más cercano. A petición de la compañía naviera salí corriendo hacia la UCI. ¿Mi tarea? Hacer de intérprete entre los médicos, las enfermeras y el matrimonio alemán; organizar un hotel para la señora; llevarla junto con sus maletas y pedirle una cena en un bar donde solo hablaban castellano. Todo eso suena más o menos fácil, pero en la práctica costó bastante tiempo y trabajo porque, una y otra vez, surgían “pequeños” problemas: como el crucero solo habría durado un día más, la mujer no llevaba medicamentos suficientes para sí misma. Al final, gracias a un médico muy amable, pudimos conseguir los fármacos necesarios (por cierto, en esta ocasión aprendí lo que son los “inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina” y cómo se llaman en alemán: ACE-Hemmer). Si bien el hotel estaba bastante cerca del hospital, solo quedaba una habitación para una sola noche, probablemente por la inminente carrera de Fórmula 1 en Valencia. Lo que es una buena noticia para el sector hotelero fue mala suerte para nosotros y dificultó nuestra segunda búsqueda, aunque finalmente sí hubo suerte. Entonces solo nos quedó encontrar “alojamiento” para la silla de ruedas que el matrimonio había traído. Después de que fracasara el intento de llevarla al hotel debido a la escasa capacidad de maletero de los taxis, nos permitieron aparcar la silla por una noche en la capilla del hospital. Por suerte, al día siguiente pudimos dejarla en el pasillo de la UCI.

El lunes, cuando pasaron al paciente a planta, volví a acompañar a la señora mientras se mudaba del hotel al sofá-cama disponible para ella en la habitación de su marido. Por desgracia, durante el viaje en taxi al hospital, se me cayó el móvil del bolsillo. Aunque me di cuenta nada más dejar el taxi y, de inmediato, me puse en contacto con el taxista a través de su empresa, me indicaron que el móvil supuestamente había desaparecido… ¡hasta hoy! Pero volvamos con mis clientes: mientras escribo este artículo, ellos estarán volviendo a Alemania, gracias a un transporte especial, y enriquecidos con unas cuantas experiencias inolvidables. Su conclusión: después de este susto, en adelante viajarán tan solo por Alemania. Mis conclusiones: 1. La atención lingüística de pacientes extranjeros consiste en mucho más que “solo” interpretar, porque para los médicos, los pacientes y los acompañantes te conviertes en la persona de contacto para todo. 2. En Valencia hay muchos médicos y enfermeras dispuestos a ayudar en lo que haga falta y un maldito taxista/usuario de taxi con un móvil nuevo…

8 Comentarios

  1. Hallo Herr Höchemer, Ihr Auftraggeber war nicht die Versicherungsgesellschaft, sondern die Kreuzfahrt-Reederei! Die sind nämlich die einzigen, die solch einen Service für Ihre Gäste anbieten. Die Versicherung zahlt nämlich keinen Übersetzer…das nur mal so nebenbei….und ich bin mir nicht sicher, ob die Schiffsgesellschaft, deren Namen ich hier nicht nenne (die man aber gut auf Ihrem Foto erkennen kann 😉 es möchte, daß Ihre Arbeit hier dokumentiert wird…..wobei ich nur unterstreichen kann, als Auftraggeber, daß Sie Ihre Arbeit hervorragend gemacht haben!

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